Blog / Cómo las fragancias tocan nuestras emociones

¿Tiene olor la felicidad? ¿Podría ser el aroma del bronceador con su fragancia a coco que recuerda al mar, la arena pegada a la piel y el cálido sol? ¿O es la exquisita dulzura de las fresas que evoca las vacaciones de verano y el jardín de la abuela? También puede ser el aroma de la hierba recién cortada, de los lápices recién afilados o de una miríada de otros aromas que componen nuestro vocabulario olfativo personal.

Dado que los estímulos olfativos son procesados por el sistema límbico del cerebro, junto con las emociones y los recuerdos, la conexión entre ellos es extraordinariamente compleja.

Igualmente complejas son las propias emociones. Según el Dr. K. Scherer, de la Universidad de Ginebra, las emociones son cambios en nuestros pensamientos y nuestro cuerpo, y como tales tienen efectos tanto mentales como físicos. Influyen en nuestros sentimientos, comportamiento e incluso apariencia. Medir las emociones es una tarea complicada, ya que las respuestas emocionales se sustentan en nuestras experiencias individuales. Lo que nos hemos encontrado en el pasado puede determinar cómo respondemos a una nueva situación en el presente.

Si las emociones son difíciles de medir, las respuestas emocionales desencadenadas por los olores lo son aún más. Sin embargo, entender a qué huelen la felicidad u otras emociones significa poder crear perfumes que potencien la sensación de bienestar. El equipo de Investigación y Desarrollo de Firmenich ha colaborado con especialistas y universidades de todo el mundo. En 2009, el Grupo de Percepción Humana y Biorrespuestas inició el Programa Emodor con la Universidad de Ginebra. Emodor explora las dimensiones fisiológicas, conductuales y psicológicas de la relación olor-emoción.

Olfato y emoción

Para rastrear la respuesta emocional a los olores, los investigadores registran mediciones fisiológicas en sujetos de prueba expuestos a distintos olores. Las señales potenciales y la actividad cerebral, así como el efecto de los distintos olores en el calor corporal y los latidos del corazón, pueden medirse con diversos instrumentos, como la electrocardiografía y la electroencefalografía (EEG). También es posible cartografiar las respuestas emocionales mediante la observación implícita del comportamiento, basándose en las expresiones faciales, la imprimación y las asociaciones implícitas.

Dado que las respuestas emocionales a los olores están condicionadas por la cultura, el Programa Emodor también mide los sentimientos subjetivos investigando cómo se verbalizan las emociones en distintos países e idiomas. Esta es la base del modelo patentado ScentMove, que se integra en otras herramientas de alta precisión como DNA Emotion, Soulsearch y Emotion 360°. Juntas, transmiten la emoción esperada a través de la fragancia, al tiempo que adaptan los aromas para generar las emociones deseadas en regiones geográficas específicas.

La complejidad de la conexión entre los aromas y las emociones forma parte del atractivo del perfume. La fragancia adecuada transporta al consumidor a su lugar personal de felicidad y serenidad y aumenta su estado de ánimo y su confianza. El diseño de un perfume de este tipo se basa en una combinación de la creatividad del perfumista y la investigación más avanzada, y nuestro equipo está preparado para poner nuestra experiencia a su disposición. Deje que sus fragancias inspiren emociones positivas y edificantes.